Hoy, en Pensamientos de un Ciezano, tenemos un artículo que ha salido de manos de un joven cofrade que espera que pase el año para poder enfundarse su túnica morada y su gorro de moquillo y llevar sobre sus hombros la Pasión según los Dormis, José Antonio Molina, quien, a pesar de su juventud, sabe muy bien y de primera mano lo que es sentirse verdaderamente andero.
¿QUÉ SERÍA DE LA SEMANA SANTA SIN NOSOTROS?
“Pasados el frio invierno y la familiar navidad, ya en un nuevo año, y tras una larga y dura espera, llegan las fechas más señaladas en el panorama religioso de nuestra localidad; la gran Semana Santa de Cieza, un evento que engloba muchísimas cosas: fe, alegría, tristeza, solidaridad, y otras muchas que vives ya seas participe en ella o no.
Esta semana, que en realidad no es tan solo una semana, sino que es el trabajo de todo un año de cada una de las cofradías; no se podría llevar a cabo sin un gran conjunto de personas ( anderos, nazarenos, músicos, cabos, etc.), que ponemos todo nuestro esfuerzo y un poco más para poder hacer de esa semana la mejor del año.
Quien humildemente se dirige a ustedes, pertenece a ese tercio trabajador cuyo deber es portar esos pesados y preciosos tronos que hacen que nuestra Pasión sea única, me refiero por supuesto al tercio de anderos, más concretamente al de la hermandad de La Oración del Huerto y el Santo Sepulcro,“Los Dormis”.
Quiero compartir con vosotros todo aquello que, siendo andero, se vive en cada relevo y metido debajo del paso. Cuando entras debajo de un trono con un montón de personas a tu alrededor, que prácticamente no conoces de nada, pero que van a estar contigo y te van a ayudar a llevar ese trono al fin del mundo, que van a estar ahí pase lo que pase, dándote ese aliento para recordarte su presencia y convencerte de que nunca estarás solo. Cuando sientes esa respiración del compañero que va detrás de ti, que más que compañero es hermano, esa mano sobre el hombro que confía ciegamente en ti, aún sin conocerte, ese “vamos arriba” con el que tiendes la mano al compañero que necesita ayuda y que tu prestas con todo el gusto del mundo. Todo esto es un cumulo de sensaciones inexplicables.
Tras este gran esfuerzo es turno de relevarse y dejar a otros compañeros que también disfruten. Este pequeño momento de relax, normalmente, lo aprovechamos para tomar un refrigerio, comentar los distintos aspectos de la procesión como el acompañamiento musical, la fluidez de la carrera, como ha ido el paso, o simplemente, conversaciones sencillas sobre la actualidad y la vida. Este momento es unos de los más carismáticos para los que vivimos la Semana Santa desde dentro.
Bajo el trono se viven con mayor emoción los grandes momentos de la Semana Santa de Cieza: la entrada del Santo Sepulcro, la salida de Ntro. Padre Jesús el día del prendimiento o el traslado de la Virgen de los Dolores entre otros muchos grandes instantes, sabiendo que sin nosotros, que vamos debajo del trono, soportando su peso, no serían posibles.
Para un verdadero andero, desde mi punto de vista, sería extraño no estar en estos momentos, igual que a mí me resultaría extraño ver pasar un Martes Santo a mi Oración, a mi Unción el Miércoles o a mi Caída el Viernes sin que yo fuera debajo. Y la mayor tristeza para este podre andero dormi, sería ver entrar al Santo Sepulcro sin haber podido llevarlo, aunque sólo fueran dos pasos en la calle cartas.
Cada uno cumple su función en el cortejo, el músico, el penitente, el tercio infantil, nuestro futuro, y el andero más que ninguno, y si alguno de estos faltase, ya no sería procesión.
Anhelando que llegue la Semana Santa para poder desempeñar mi cometido y sin más que añadir, me despido deseándoos que disfrutéis la Semana Grande al máximo.”
Nuestro autor, José Antonio Molina, portando la Oración del Huerto el pasado Martes Santo junto a sus compañeros |
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