Continuamos un viernes más con esta sección sobre música procesional y nos metemos hoy a hablar de Sevilla, pero no la Sevilla a la que hoy en día estamos acostumbrados, hablamos de:
SEVILLA ANTES DE SEVILLA
Gómez-Zarzuela, Turina y los Font
El siglo XIX toca a su fin, las cofradías comienzan a interesarse por la música y comienzan a aparecer las primeras grandes composiciones dedicadas a nuestra Semana Santa. En Sevilla, la Virgen del Valle acaba siendo la receptora de la "Marcha Lenta" que don Vicente Gómez-Zarzuela dedicara a su amigo Alberto Barrau. La hermandad del Valle, en su archivo, cuenta con un importante patrimonio de éste compositor, aunque ésta sea la única marcha de procesión que firma para esta cofradía, orquestada en 1901 para ser interpretada en el ofertorio de la Función Principal de la cofradía. Varias plegarias, motetes e incluso una magnífica misa para los cultos del Valle. Sin embargo, como todos sabemos, la obra de Gómez-Zarzuela es puramente romántica, digna de Chopin, Verdi o incluso Wagner.
Dos años después que Virgen del Valle, en 1899, un joven hermano del Señor de Pasión dedica a Nuestro Padre Jesús una Marcha fúnebre, de corte también romántico, una temprana obra de un compositor conocido por sus obras para piano y para orquesta, un compositor de los llamados nacionalistas españoles. Quizás por esta "Marcha Fúnebre a Nuestro Padre Jesús de la Pasión" no lo conozcais, pero si hablamos de "La Procesión del Rocío", "Canto a Sevilla" o "Margot" pronto podremos reconocerlo: Joaquín Turina. En sus obras aparecen elementos típicos del folklore andaluz, tanto en la armonía como a nivel melódico (saetas, canciones populares...). En sus distintas obras orquestales y pianisticas aparecen menciones a la Semana Santa, recordando principalmente los cantos de los saeteros y los típicos toques de cornetas. Sin embargo, en sus marchas y en las adaptaciones que se han hecho de "Noche del Jueves al Viernes Santo" de la ópera Margot y "Jueves Santo a Media Noche" (Original para piano), así como en las plegarias compuestas para distintas hermandades, sigue los cánones románticos que ya utilizó en la primera marcha que nombrábamos.
Sin embargo, es imposible hablar de esta época sin hablar de la familia que fundó y sentó las bases de la música procesional sevillana: la familia Font. José Font Marimont compone una de las marchas antológicas, una de las primeras obras maestras del género: la Quinta Angustia. Su hijo, Manuel Font Fernández de la Herranz, aunque como compositor sólo cree tres marchas, también de corte fúnebre romántico. realizará una gran labor instrumentando varias marchas, entre ellas la antes citada de Turina y "Amarguras" obra de su hijo Manuel Font de Anta y que ha sido considerada como el verdadero himno de la Semana Santa Sevillana, algo chocante a día de hoy dado ese carácter sobrio que tiene. No obstante, son estos dos, padre e hijo, los que sirvan de precedente a Manuel López Farfán, verdadero creador de la marcha de palio (y del cual hablaremos en esta sección), introduciendo esos elementos que Turina utilizó en sus obras: saetas, armonías típicas del flamenco, etc... De hecho, una de las marchas más conocidas de esta saga es "Soleá, dame la mano", inspirada a de Anta por un preso que le cantó una saeta a la Esperanza de Triana a su paso por la carcel del pópulo que decía: "Soleá, dame la mano a la reja de la carse, que tengo muchos hermanos huerfanos de pare y mare".
Ya que el resto son más conocidas, hoy os dejamos para escuchar la "Marcha Fúnebre a Nuestro Padre Jesús de la Pasión" de Joaquín Turina Pérez.
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