Ya en vísperas de la Resurrección, con una Semana Santa distinta pero no menos plena a nuestras espaldas, hablamos con don Joaquín Diego Gómez Rubio, presidente de la Junta de Hermandades Pasionarias.
¿Cómo viviste la Semana Santa de 2020?
Ante todo, quería daros las gracias a vosotros por contar conmigo y por compartir con los ciezanos nuestras inquietudes de Semana Santa.
Me preguntas por la Semana Santa 2020… Yo creo que un cofrade tan apasionado como tú podría contestar por mí, y por cualquiera de los que vivimos todo el año con la vista puesta en esos diez días que lo significan todo. Fue sencillamente la Semana Santa que jamás habíamos pensado vivir.
Al principio teníamos preocupación, por supuesto, pero nunca pudimos imaginar hasta qué punto iba la pandemia a interferir en nuestras vidas. Nos costó mucho aceptar que no podíamos hacer absolutamente nada para evitar que se suspendieran todos los actos y las procesiones. Sentíamos una frustración muy grande, estábamos deseando celebrar una Semana Santa, la del año pasado, en la que teníamos muchísima ilusión. Los cofrades trabajamos todo el año para que esté todo a punto, un trabajo colectivo y que abordamos con responsabilidad y sentido de unión, y cuando ya teníamos encima el momento de ponernos la túnica, todo se desmoronó sin que pudiéramos hacer nada.
Veníamos, además, de una Semana Santa, la de 2019, que nos dejó con un regusto amargo, con ese Viernes Santo sin poder salir a la calle y sabiendo que ya no saldrían más procesiones por la lluvia, y claro, pasar de aquello al confinamiento del año pasado empeoró la desilusión, el desasosiego y la ansiedad.
Planteamos hacer una actividad musical para que no se nos olvidara que estábamos en Semana Santa, que la música de Semana Santa sonara a determinadas horas desde nuestros balcones, y creo que fue una experiencia bonita que nos hizo sentirnos a todos un poco más acompañados, porque no hay nada más evocador de las procesiones que las marchas procesionales. Supongo que para algunos no fue suficiente, pero realmente con el confinamiento estricto que teníamos encima muy poco más se podía hacer.
En fin, en el fondo pasaba que teníamos que enfrentarnos a una situación jamás imaginada. Y hacía falta resignación, que no es algo malo: resignarse no es claudicar, es aceptar la situación y poner el foco en el mañana y en el pasado mañana. Lo cierto es que a lo largo de estos meses se nos ha hecho evidente que tendremos que lidiar con esto durante tiempo, y no hay más remedio que acostumbrarnos a ir amoldándonos a las circunstancias. Ya hemos pasado un periodo muy difícil en el que desgraciadamente se nos han quedado muchos en el camino, y ha sido muy duro. Pero hemos de seguir adelante y vencer lo que se nos ponga por delante.
¿Cómo ha sido plantear una Semana Santa tan difícil?
Diría que no hay reto difícil cuando las ganas por conseguir superarlo son más grandes que las dificultades que se pueden plantear para ello. Es verdad que este es, con toda certeza, el momento más difícil que hemos conocido los cofrades de nuestro tiempo, pero precisamente por eso ha llegado el momento de doblar el esfuerzo para hacer las cosas lo mejor posible, dentro de lo que permiten las circunstancias. Se han planteado los actos para que tuvieran la misma intensidad, hondura religiosa y emoción de siempre, pero claro está, con la observancia en todo momento a las medidas sanitarias que estaban vigentes. Eso ha hecho que nos sintamos un poco extraños, veníamos de años de participación elevadísima en todas las celebraciones y eventos cuaresmales, y ahora nos entristecía que la limitación de aforos, necesaria, nos dejaba un poco solos. Otros actos directamente los hemos tenido que suspender, porque veíamos cómo estaba la situación sanitaria y tampoco era razonable organizar las cosas de forma que terminaran generando una concentración de personas en los locales de las Cofradías, en la Casa Museo, etc. En fin, hemos tenido que aprender a pensar el hacer las cosas de otra forma, a reinventarnos. Creo que tanto la Junta como las Cofradías y Hermandades hemos puesto todo lo que está a nuestro alcance para facilitar que numerosos actos y actividades lleguen a todos los cofrades y seguidores de la Semana Santa, aun por medios diferentes. Las tecnologías de documentación y comunicación de hoy permiten una participación que va mucho más allá de la presencialidad física, y además las redes sociales alimentan el encuentro de los cofrades de forma permanente. Las tertulias, el Concurso de fotografía, el de Dibujo se han celebrado de forma distinta a la habitual, también la revista El Anda ha tenido una versión digital y periódica, a la que hemos llamado Ecos de El Anda, y son muchos los actos que se han retransmitido en directo. Es el momento de las Redes Sociales y hay que aprovechar todo para llegar a todos, para que nadie se sienta alejado, aunque por supuesto también hay que saber encontrar la medida justa y no llegar a cansar por saturación.
Desde hace bastantes meses se ha estado planificando una Semana Santa de 2021 distinta, y creo que la hemos tenido e incluso hemos podido disfrutar de ella, aun por caminos muy distintos a los que conocemos y queremos. Desde luego, el primer elemento que hemos tenido en cuenta es la cautela, el respeto a las normas que tenemos en este momento para que el virus no cause más estragos que podamos evitar. A partir de ahí, se trataba de intentar construir todo lo que fuera posible, llevando a cabo los actos que eran factibles, como decía antes, aunque hubiera que adaptarlos para que fueran seguros sin perder la esencia. Y sobre todo tenemos un proyecto innovador, pionero, exclusivo de la Semana Santa de Cieza, que se ha realizado para su difusión en Redes Sociales y Tvs, donde hemos ofrecido durante estos días una visión distinta y emotiva de la Semana Santa de Cieza, que va directa al corazón de los cofrades, sean o no de nuestro pueblo.
Cuando se publique esta entrevista, sé que todos estaréis ya enredados en ello, con ganas de ver lo que falta por emitirse. Os animo a seguir este proyecto y a trasladarlo a donde podáis llegar, porque además todo ayudará a que cumplamos ese objetivo que la Semana Santa de Cieza merece, la Declaración de Interés Turístico Internacional. Además, y como ya sabéis, se ha realizado este año un Pregón virtual, una recopilación de los 19 pregones de este siglo, a modo de pequeña síntesis de las aportaciones de cada pregonero, que creo que resultó entrañable y nos llenó a todos de Semana Santa incluso en este Domingo de Pasión que no ha tenido ese componente de gran reunión de la familia nazarena, que tanto nos gusta y que hemos echado, otra vez, muchísimo de menos. Fue algo sencillo pero emocionante, y creo que nos ha reconfortado un poco a todos. También tenemos preparados algunos actos litúrgicos de nuevo cuño en este 2021, como es el Eamus ad monumentum, que tendrá lugar el Viernes Santo, después de los oficios, en la Parroquia de la Asunción, que esperamos que guste a todos.
Nuevo mandato y directiva renovada, constituida por mucha gente joven, ¿cómo está siendo trabajar con los nuevos fichajes, sobre todo en una situación como esta?
Si, un nuevo mandato y una directiva renovada, por supuesto, hay que dar paso a la juventud y yo apuesto firmemente por ella, sin dejar de tener presente todo el camino recorrido por la Junta de Hermandades Pasionarias. Creo en lo que puede aportar la juventud y también sé lo necesario que es contar con experiencia, porque ambas cosas son imprescindibles para forjar un proyecto sólido, y porque en el mundo cofrade el legado va pasando de generación a generación aprendiendo los unos de los otros, siempre ha sido así.
Y, desde luego, he tenido muy presente el sentido de la responsabilidad; hay que ser consciente de que seguir asumiendo la dirección de la Junta de Hermandades Pasionarias supone seguir haciéndose cargo del patrimonio material y espiritual de la Semana Santa de Cieza. Soy conocedor del esfuerzo y la dedicación que esta Presidencia significa, y aun conociéndolo he renovado mi compromiso personal, compromiso que también han suscrito mis compañeros de directiva. Si algo nos ha quedado claro en lo recorrido, ha sido que trabajando con ilusión e invirtiendo todo el tiempo necesario se pueden conseguir aquellos retos que se planteen por difíciles que parezcan, y así seguiremos, aprovechando también cuantas oportunidades se nos presenten por el camino para poder afianzar un proyecto que, si cabe, será aún más ambicioso. Y para continuar edificando sobre esos pilares consolidados es necesario, es imprescindible incluso, por los tiempos que vivimos, algo más: el sentido de unidad, la certeza absoluta de que, hablando de la Semana Santa de Cieza, la suma multiplica espectacularmente los resultados.
Juventud, experiencia, responsabilidad, compromiso, unión: esta es mi apuesta, y estoy convencido de que el próximo periodo será fructífero y dará grandes satisfacciones a todos los procesionistas, y a los ciezanos en general. Estoy contento con el equipo y ya llevamos unos meses trabajando codo a codo. No descarto complementarlo con otras personas que por sus características y perfiles personales y profesionales puedan dar el empuje necesario para abordar las tareas a desarrollar, e incluso explorar nuevos ámbitos de actuación. Como he dicho antes, sumar es siempre el mejor camino.
Aunque parece que la situación mejora, de momento seguimos en plena pandemia. ¿Cómo se plantea el trabajo de la Junta de cara al resto de este año?
Con esperanza. Hay muchas incertidumbres, pero todos tenemos la ilusión de que el año que viene los Santos volverán a salir a la calle, y nosotros vamos a ponernos a prepararlo todo desde la semana próxima. No sabemos cuál será el escenario, pero precisamente por eso buscaremos estar preparados para cualquier adaptación a las circunstancias que haga posible esto que los ciezanos tanto desean. Tenemos la obligación de preparar la Semana Santa 2022 se presente ésta como se presente, y a ello nos pondremos de inmediato, no lo dudes. Y, por supuesto, sin dejar de mirar al futuro, a medio y a largo plazo.
Creo que tenemos por delante años en los que van a cristalizar muchas ilusiones, y también en los que se van a fraguar nuevos proyectos que contribuirán al crecimiento y a la consolidación de la Semana Santa de Cieza. Si te fijas, es una fiesta que no ha dejado de evolucionar a lo largo de los años y de los siglos, que no ha dejado de buscar la forma de adaptarse a los cambios de los tiempos, y que ha sabido hacerlo sin dejar de ser fiel a sí misma. Independientemente de la pandemia, es una época de grandes cambios y los cofrades tendremos que saber encajar en estos tiempos de prisas y de impaciencias, en los que nadie puede estar ni diez minutos sin consultar un móvil o sin ponerse en contacto con varias personas que están lejos. La vida, las costumbres, la capacidad de atención, la forma de relacionarse: en cierto sentido es un mundo nuevo, pero la Semana Santa tendrá su sitio en él, y trabajaremos por seguir ofreciendo una experiencia única e inolvidable a todo el que se acerque a ella.
Estamos en el camino para conseguir la DITI, ¿qué le falta a la Semana Santa de Cieza para alcanzar la tan ansiada declaración?
Yo distinguiría entre lo que nos falta para merecer esa declaración y lo que nos falta para conseguirla.
En lo primero, diría con total convicción que la Semana Santa de Cieza ya merece la Declaración de Interés Turístico Internacional, incluso que la merece clamorosamente. Ofrecemos a cualquier visitante una vivencia completa y auténtica a lo largo de estos diez días, cada uno de ellos diferente y lleno de matices, no solo por el espléndido patrimonio que ponemos en la calle, o por las muy distintas propuestas que se ofrecen con cada procesión, o por el ambiente que se vive en cada rincón del pueblo, sino también por el sello que tenemos como procesionistas: los ciezanos sabemos hacer Semana Santa, de hecho colectivamente es lo que mejor hacemos, y eso se nota desde que el primer Santo sale a la calle. A muchísimos visitantes les asombra la magnitud de la Semana Santa de Cieza en relación a su número de habitantes, la importancia y solemnidad que viste cualquier desfile desde el minuto uno. Cuando no hace mucho desfilamos por Murcia con el Santo Cristo del Consuelo, o con nuestra Patrona la Stma. Virgen del Buen Suceso, se hizo evidente ante cualquier que nos veía pasar. No es casualidad: esto es lo nuestro. ¿Cabe hacer la Semana Santa aún más espléndida? Claro que sí, y en ello estamos, enredados ahora mismo, por ejemplo, en una apuesta por el Prendimiento que estamos convencidos de que es acertada: en el pasado, en los noventa, hubo que cambiar algunas cosas para que el Prendimiento volviera a tener la relevancia que había tenido en la Semana Santa, y ha llegado el momento de hacerlo de nuevo, de dar otro paso hacia adelante. Como lo tendremos que dar, también, en otros actos y procesiones. La Declaración, en fin, ya la merecemos, y en el futuro la vamos a merecer aún más.
Pero luego está el papel oficial de la Declaración en sí, que no es un simple reconocimiento de méritos, sino que es el resultado de un procedimiento administrativo complejo. Y en eso aún nos falta camino por recorrer, y se requiere, además de una importante suma de esfuerzos y voluntades, de acciones concretas para alcanzar hitos específicos. También estamos trabajando en ello, y mucho de eso hay en el proyecto que tenemos este año de difusión de nuestra Semana Santa a través de las Redes Sociales: buscamos un posicionamiento en el contexto internacional que favorezca claramente algunos de los ítems relevantes que se tienen en cuenta para conseguir ese documento. Seguiremos trabajando en esa línea, que no es ya tanto la de merecer, sino la de evidenciar documentalmente, y ciñéndote a aspectos concretos: esa parte es más enrevesada. Pero lo conseguiremos, no tengo ninguna duda. La Semana Santa de Cieza será declarada de Interés Turístico Internacional. Y eso será un regalo espléndido para todos los ciezanos, y una oportunidad mayúscula que abrirá, una vez más, nuevos caminos.
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