"¿Por
qué será que cuando algo anhelas
Y
aguardando pones el corazón
Más
se demoran y más desesperas?
El
hielo con la noche recrudece
La
aurora del Sol de Resurrección?
¿No
es cierto que siempre acontece
Que
en calores vuelve el verano
Cuando
ya octubre se aparece?
Y
¿no trae el bochorno de la mano
Tormenta
de un frío enrejado
Que
con calma se anuncia temprano?
Espera
en esperanza desesperado
Soñando
en insomne ensoñación
A
que traiga octubre bien amado
Un
amago de mágica Pasión."
Hace apenas una semana escribía estos versos, algo me
inquietaba (y no, no tiene nada que ver con mi peinado jaja), en mi alma se
había despertado un sentimiento que dormía desde ya hacía meses, una emoción
escondida en un rinconcito al que tan solo puede llegar el ronco y triste
lamento de un tambor. De repente, octubre se volvió marzo: la cera volvía a
rechinar bajo las suelas, los balcones respiraban en lienzos de pasión, en las
tintorerías volvían a colgar capas y túnicas y la calle San Pedro revelaba un
olor mezclado de incienso , flor y torta de pan dormido, había llegado la hora,
pero antes de tiempo. Los Santos se bajan de sus altares, los tronos reaparecen
en la Iglesia. La
Semana Santa había vuelto por un día, el 4 de Octubre, fue Semana Santa en Cieza.
El día se levantaba como cualquier sábado anterior, un poco nublado, pero nada fuera de lo común, salvo que
Y allí estaba, a las seis, puntual para abrir
el cortejo el negro aterciopelado estandarte de la Junta de Hermandades
Pasionarias, seguido de una irrepetible estampa que parecía sacada de aquella
sección de "el Anda" De Otras Semanas Santas: Un "Armao" a
caballo portando el añejo guión de Santa María Magdalena. Un redoble, una
campanada, Jerusalem, así salía la Magdalena. Tantas marchas, tantos pasos, tantos
recuerdos que toda una vida no bastará para saborearlos del todo. Momentos
traídos del pasado se enredaban con otras nuevas y con las de siempre: Un niño
en su carro con un tamborcico, un anciano con sus recuerdos de cuando él mismo
era un andero. Toda Cieza se mostraba lozana y coqueta, mostrando su Semana
Santa a visitantes de toda España, desde Tarragona hasta Cadiz. Y cada cual se
quedaba boquiabierto por una u otra cosa: las imágenes más antiguas y típicas
eran tan alabadas como las más modernas, tanto autóctonas como importadas; los
magníficos tronos, los capuces y el vaivén de tronos y anderos al son de la
música de las bandas y charangas ciezanas o foráneas. Puede que faltaran
algunas cosas: los tercios infantiles, El Santo Cristo o el Nazareno, los
caramelos y otros (a cada ciezano que preguntes te dirá una según su gusto)
pero no podemos negar que esa noche nos ofreció un viaje desde el Miercoles
Santo con la
Procesión General hasta el Domingo de Resurrección, pasando
por el incienso del Jueves Santo y la solemnidad y recogimiento de las
procesiones del Viernes Santo.
Esa tarde se recordará en los próximos cien años, la historia de la
ciudad se detendrá en ella. Una Semana Santa fuera de la Semana Santa , una
Pasión en octubre, o al menos eso decía el calendario. Viendo pasar a la Samaritana , los Azotes
y la Coronación ,
me sorprendí a mi mismo con la sensación de que volvía a ser Semana Santa, de
que medio año había pasado ya y volvía a estar en Viernes Santo, viendo salir a
San Juan de la Iglesia.
Aún acompañando al Resucitado, de noche, a paso lento y
siguiendo a la Cofradía
de Ánimas, me transporté a una noche de Luto Divino viendo por un momento ante
mí a la Santa Cruz ,
con sus faroles rojizos y por detrás, José de Arimatéa asomándose por una
esquina con el cuerpo muerto del Señor.
En definitiva, a pesar de los posibles y pequeños fallos que se pudieran cometer por parte de la organización, lo cierto es que el evento fue todo un éxito. El recorrido estuvo lleno y los pasos se lucieron como nunca ante gentes que Dios quiera vuelvan, como se suele decir, a Cieza por su Semana Santa. Por lo tanto solo queda agradecer ala
Junta y las Cofradías todo el trabajo realizado para la
consecución de este gran objetivo que era celebrar cien años de historia y
promocionar nuestra fiesta más grande y, por ende, el turismo en nuestro
pueblo.
¡VIVALA SEMANA SANTA
DE CIEZA!
Aquí os dejo una pequeña muestra del reportaje de esta magna procesión.
En definitiva, a pesar de los posibles y pequeños fallos que se pudieran cometer por parte de la organización, lo cierto es que el evento fue todo un éxito. El recorrido estuvo lleno y los pasos se lucieron como nunca ante gentes que Dios quiera vuelvan, como se suele decir, a Cieza por su Semana Santa. Por lo tanto solo queda agradecer a
¡VIVA
Aquí os dejo una pequeña muestra del reportaje de esta magna procesión.
El reportaje completo lo teneis en:
Comentarios
Publicar un comentario