Después de un cierto tiempo sin pasar por aquí, esta mañana me he decidido a escribir un ratico sobre un asunto que me llama bastante la atención más que nada porque me toca muy de cerca. Estoy hablando, desde luego, de la Semana Santa.
APOLOGÍA DE LA SEMANA SANTA
Se viene diciendo ya un tiempo que si cierto partido llega al poder va a protagonizar una revolución en materia política comparable a lo que supuso la 2ª República frente a la monarquía y la dictadura. En su afán reformista han llegado a proponer verdaderas barbaridades muy lejanas al sentido común. En concreto, hay uno que me hace mucha gracia: aquello de que piensan suprimir la celebración de la Semana Santa ya que esto no cabe dentro de un Estado Laico.
Cierto que esta celebración tiene un caracter obviamente religioso, no en vano es una fiesta católica. Sin embargo, creo recordar que en la Constitución se establece la libertad religiosa, en concreto en el Artículo 16 que reza así:
1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
Entonces, por qué parece que se persigue cualquier manifestación de origen católico etiquetándola como "anticonstitucional e incompatible con un Estado Laico" mientras que luego hay que respetar y ofrecer ayudas a los profesantes de cualquier credo. A mí, personalmente, no me importa que mi vecino pueda ser musulmán, judio, testigo de Jehová, etc; ni que celebre publicamente las fiestas asociadas a su fe con tal de que respeten mis creencias y mi forma de manifestarla. De hecho, creo que el artículo antes citado se refiere a algo así.
Dejando a un lado ese caracter religioso, la Semana Santa consta de un fuerte componente cultural. Si no fuera por este evento anual, muy probablemente la rama escultórica de la Imaginería no habría florecido en España de la forma en que lo ha hecho, dando al mundo artistas de la talla de Francisco Salzillo. Es esta una rama del arte que aún hoy día sigue cambiando, creciendo, evolucionando, en definitiva, un arte muy vivo. También en materia musical encontramos verdaderas obras de arte desde los "clásicos" de los maestros San Miguel y Dorado hasta los actuales representantes de las distintas corrientes existentes en cuanto a la música cofrade se refiere. Y no solo estas manifestaciones: bordados, fotografía, pintura, etc... Todo ello arracimado en torno de una TRADICIÓN en algunos casos de hasta seis siglos de historia y arraigo popular.
Por si no fuera poco, esta fiesta tiene una participación muy activa en materia de economía, en concreto en el sector del turismo. la Semana Santa es uno de los principales atractivos turísticos de numerosas localidades españolas, atrayendo a miles de visitantes de todo el mundo cada año. Cuenta más de una ciudad con declaraciones de Interés Turístico Nacional e Internacional gracias a su forma de celebrar este evento, incluso alguna Semana Santa ha conseguido el rango de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la UNESCO. ¡Cuántas no podrían ser las pérdidas causadas por la desaparición de una simple celebración!
Gracias a Dios, podemos estar tranquilos sabiendo que es poco probable que tal atentado contra uno de los pilares básicos de la cultura y tradición en España se llegue a cometer. Y en el hipotético caso de que ese proyecto llegue a puerto, me gustaría ver a los cabecillas del mismo plantandose ante la puerta de la Ermita del Santo Cristo y diciendole a los ciezanos que no van a sacar a su Cristo del Consuelo, o es más, llegando a Sevilla y prohibiendo que salga la Macarena o el Gran Poder.
En fin, me despido ya, que hablando (y escribiendo también) sobre estas cosas me enrrollo más que una soga. Buenos días, feliz año 2015 y que el tiempo nos acompañe el próximo 29 de marzo.
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