Luto y Penumbra, el Velatorio de Cristo

Redes Cofrades Cieza/Antonio Jesús Hernández Alba 
En la oscura y tempestuosa madrugada del Viernes Santo al Sábado de Gloria, la Hermandad del Medinacelli veló al Cristo Yacente en el Convento, que mantuvo sus puertas abiertas hasta las 9 de la mañana. 

En una noche de Viernes Santo atípica, en la que el cofrade ciezano poco tuvo que hacer, salvo visitar la iglesia y las casas de hermandad para ver a los tronos preparados para salir y que no pudieron hacerlo, el Convento de San Joaquín abrio sus puertas a la medianoche para acoger a cuantos quisieron pasar esta noche de luto y pesar en oración ante el Sepulcro. La Cofradía de la Esclavitud de Nuestro Padre Jesús de Medinacelli organizó por segundo año el Velatorio a Jesucristo Muerto, invitando a la oración y el recogimiento a cuantos quisieron pasar por el templo que es su casa.

Todo aquel devoto o visitante que se acercó hasta la Esquina del Convento en esa lluviosa noche, encontró la iglesia abierta y en penumbra, con el pasillo central alumbrado con la tenue luz de un reguero de velas que llevaba directo al corazón del templo. Allí, en el centro del crucero, sobre un catafalco morado adornado con flor de azahar, reposaba la imagen del Cristo Yacente que en los años 40 tallara la habilidosa mano del Maestro Carrillo para completar la primitiva "Cama de Cristo". Junto al cuerpo del Señor, su Madre, la Soledad del Convento, como popularmente se la conoce, lloraba en silencio a su Divino Hijo. 

A pesar de que la lluvia y la suspensión de las procesiones mermó la afluencia de público a este sentido acto, en ningún momento faltó quien acompañara a María Santísima en la vela a Jesucristo. La noche transcurrió en el Convento en el silencio y recogimiento de la oración, rezandose el Via-Crucis y el Rosario, y meditando sobre la Pasión en distintos momentos. El velatorio concluía pasadas las 9 de la mañana, con el rezo de Laudes, poniendose fin a la Pasión de Cristo según Cieza y con la mirada puesta en un cielo que sigue amenazando las dos últimas procesiones de nuestra Semana Santa.

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