Redes Cofrades Cieza/Antonio Jesús Hernández Alba
Por cuarto año consecutivo, el Nazareno y la Soledad volvieron a reunirse en la Basílica de la Asunción, su ancestral morada, para celebrar una nueva Remembranza, recordando los altares de cultos que compartían antaño.
El calendario cofrade de Cieza está cargado de actos, cada uno con sus particularidades y peculiaridades, y cada año se añaden nuevos eventos. Desde hace cuatro años, la Real Cofradía de Jesús Nazareno y la Real, Ilustre, Venerable y Primitiva Cofradía de María Santísima de la Soledad se vienen uniendo a las puertas de la Cuaresma para celebrar una curiosa misa conjunta en la que siempre hay dos novedades: el altar que preparan, que reune a los titulares de estas dos antiquísimas hermandades, y el predicador que oficia la Eucaristía.
Este año, el montaje que presidía desde el lateral el Altar Mayor de la Basílica era más sencillo en concepto que el de los años anteriores, pero más llamativo. Como exorno a las imágenes tan sendos candelabros a cada lado y tres sencillos centros de flores moradas, anticipando así la cuaresma. Sin dosel ni fondo, las dos imágenes se colocaban a ras de suelo, el Señor con la Cruz a Cuestas y María frente a Él, llorando de pena. Es precisamente esa recreación del encuentro en la Via Dolorosa lo que llamaba poderosamente la atención de todos los que contemplaron el altar.
La misa, acompañada con el sonido del órgano de la Basílica, de cuyos tubos salieron las conocidas melodías de Mater Mea y Solemnidad, fue presidida por el que fuera vicario parroquial de la Asunción, don Saúl Sanchez, el cual fue el encargado de predicar esta Remembranza del 2020. Comenzó su sermón expresando su alegría de volver al pueblo que tan calurosamente lo acogió al inicio de su ministerio sacerdotal. En la homilía, con el lenguaje coloquial y cercano que lo caracteriza, enlazó las palabras del Evangelio proclamado este fin de semana con la imagen de Jesús cargando con la Cruz, el cual hace posible cumplir la ley de Dios, algo imposible para el hombre porsus propios medios. Así, ensalzando estas dos imágenes, la de Jesús Nazareno y María en su Soledad, explicaba que la Semana Santa es una ayuda para comprender el amor del Padre. Terminaba su prédica invitándonos a mirar al Señor, pero mirando hacia el Cielo.
Antes de finalizar la misa, los presidentes de las dos Cofradías entregaron un cuadro a Saul en agradecimiento por su disposición y su labor como predicador de la Remembranza 2020. El cual se mostró muy emocionado y agradecido por esta oportunidad de compartir un acto con las cofradías ciezanas, de las cuales guarda un grato recuerdo llevándo, como él mismo dijo, el nombre de Cieza siempre en su corazón.
Como es ya costumbre en esta celebración, se terminó la Eucaristía con el canto del "Salve Regina" mientras el sacerdote incensaba a las imágenes, que ya aguardan sus respectivas Misas de Hermandad, preludio y preparación a su salida en procesión el próximo mes de Abril.
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