Por Gemma Carbonell Ruiz
Este tres de mayo ha sido un Día de la Cruz muy diferente los ciezanos, no hemos tenido la oportunidad de procesionar junto al Santísimo Cristo del Consuelo, de cantar el himno y lanzar flores desde los balcones y terrazas; todo debido a la situación de crisis sanitaria. Ha sido un Día de la Cruz diferente, pero no por ello menos especial.
La hermandad del Santísimo Cristo del Consuelo no se podía permitir que el día central del Co-Patrón de Cieza se quedara sin un pequeño homenaje. Por ello, desde aquí quiero felicitar a la Cofradía, pues hicieron, en mi opinión, un gesto muy bonito llevando, aunque de forma simbólica, al Santo Cristo a los hogares de Cieza. Además, debemos de agradecer a las autoridades por la labor que han realizado, sin ellos esta acción no se podría haber llevado a cabo, así que muchísimas gracias de antemano.
Aún no había terminado el recorrido y ya comenzaron a aparecer las primeras reacciones a este “desfile”, y no todas favorables. Así que me planteé los pros y contras de este hecho para valorar su idoneidad. En primer lugar, como se ha mencionado anteriormente fue un acto muy bonito, pero había un pequeño fallo desde mi humilde punto de vista. Las autoridades portaban el estandarte que procesiona durante Semana Santa en procesión, pero todos sabemos que no corresponde a este día. Quizás hubiera sido más apropiado el guión que acompaña al Cristo en sus traslados de la Ermita a la Iglesia y viceversa. Sin embargo, pensado sobre todo en los más pequeños y en nuestros mayores, era muy bonito ver reflejada la cara del Cristo en el mismo estandarte. Como decíamos, la idea era sacar simbólicamente a la Gloria de Cieza a nuestras calles y que recorriera el itinerario que, en circunstancias normales, hubiera hecho. Quizás no fuera la forma, pero el estandarte representa tanto a la Cofradía como a la imagen del Señor y me pareció muy correcto y apropiado que lo sacaran en “procesión”. Además, el pueblo lo agradeció, los balcones se llenaron e incluso hubo quien lanzó sobre el Estandarte y los coches de policía los tradicionales pétalos de rosa.
Otro asunto, que también salió a crítica, fue el tema de la seguridad del estandarte. No podemos olvidar que es una pieza artística de considerable valor, tanto el bordado como la pintura que lleva, y sacarlo en la forma que se sacó conllevaba cierto riesgo. No obstante, es evidente que la Cofradía asumió el riesgo, pues lo dejó, y que la Policía era consciente de ello y, por tanto, tomaron medidas para evitar cualquier deterioro que pudiera sufrir, tratando la pieza con la delicadeza y el respeto que merece.
En conclusión, fue, como ya he dicho, un gesto muy bonito y simbólico que alegró los corazones de los ciezanos en esa tarde tan especial, una de las más hermosas y ciezanas del año; y fue llevado a cabo con el mayor respeto y seriedad. Así que, digan lo que digan, yo aplaudo a las Autoridades y a la Cofradía por ello, por hacer sobre todo que Cieza estuviera con su Cristo, con el Cristo de todos los Ciezanos
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