Reflexión Dominical: I Domingo de Adviento

Por Pablo Moreno Gómez

Comenzamos un nuevo Año Litúrgico, comenzamos el Tiempo de Adviento y nuestro compañero Pablo Moreno nos explica el significado y las particularidades de este nuevo tiempo litúrgico.

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (13,33-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

Palabra del Señor

¡Feliz año litúrgico nuevo! Comenzamos con este primer Domingo de Adviento el tiempo de preparación para la Navidad, hoy la Palabra de Dios nos invita a velar, a estar atentos pues la llegada del Mesías se acerca y no nos puede pillar impasible, no nos puede dejar indiferentes. 

Aprovechando que es el primer Domingo de Adviento, contestaremos a una serie de preguntas que tenemos frecuentemente y muchas veces no sabemos darle respuesta. Espero que disfrutéis de este tiempo y preparéis vuestro corazón para que Cristo nazca y se haga presente en nuestra vida. 

¿Qué significa Adviento? ¿Qué es el tiempo de Adviento? 

Adviento, etimológicamente, significa venida, llegada. Por lo cual, el tiempo litúrgico de Adviento es en el que los cristianos nos preparamos para la llegada del Mesías. También es el primer tiempo del año litúrgico y consta de cuatro semanas o cuatro domingos. 

¿Cuál es el color del Adviento y qué simboliza? 

El color del Adviento es el morado, considerado el color penitencial para la Iglesia. Los dos tiempos fuertes en los que la Iglesia se reviste de color morado (Adviento y Cuaresma) tienen un fuerte tinte de penitencia y preparación para un acontecimiento significativo en la Historia del hombre. 

El Adviento ha de ser un tiempo que nos transforme el corazón, ha de ser un tiempo que nos haga cambiar, que abra nuestro corazón a la llegada y acogida del Sagrado Nacimiento. Es importante durante este tiempo acercarse al sacramento de la penitencia, es decir, confesar de cara a la Navidad y unirse más a Dios en la celebración de la Eucaristía y la oración personal. También es conveniente practicar las obras de misericordia y así como tener momentos en los que practiquemos el ayuno, la limosna y, como ya hemos dicho, la penitencia. 

¿Cuál es el elemento litúrgico que se identifica con el Adviento? 

Así como la Pascua se identifica con el encendido del Cirio Pascual, la Semana de Pasión se identifica con la cruz y la Navidad con el Nacimiento, el Adviento también tiene un elemento propio y cargado de sentido que nos acerca más a nuestro Dios. Este elemento es la corona de Adviento. 

Pues bien, la corona tiene una forma circular, puesto que esta es una figura geométrica perfecta, signo de que Dios no tiene principio ni fin, así como su amor a la humanidad.Las ramas verdes y los frutos del bosque simbolizan, por su color, la esperanza que debemos tener en la venida del Señor.Las cuatro velas, encendidas una a una cada Domingo de Adviento, simbolizan la luz de la fe, que se llena de alegría con la llegada del Señor. 

¿Por qué en el tercer Domingo de Adviento cambia durante ese día el color litúrgico? 

El tercer Domingo de Adviento la Iglesia lo denomina como el Domingo “gaudete” o de la alegría pues pasamos el ecuador del tiempo de Adviento y ya está próxima la Navidad, el nacimiento de Cristo. El color cambia de morado a rosa por una sencilla explicación, cuando tú mezclas el morado, con el blanco (que es el color litúrgico de la Navidad) sale el color rosa, de tal forma que es un signo de que estamos ya próximos al Sagrado Nacimiento. 

¿Qué es la semana de gozo y en qué cambia el Adviento? 

La semana de gozo del Adviento es la que se establece 9 días antes del día de Navidad, empieza el 17 de diciembre y acaba en la hora de nona del 24 de diciembre. Durante esta semana, ya la última de Adviento y la más próxima a la Navidad, el templo que hasta ese momento ha estado austeramente decorado ya se puede decorar con flores, los cantos ya tienen un tinte navideño y se pueden incluir algunos villancicos en la liturgia. Es la semana en la que la Iglesia se prepara de forma mucho más activa y cercana para el incipiente Nacimiento. 

¿Por qué se suprime el canto del “Gloria”? 

Durante todo el Adviento se suprime el canto del “Gloria”, se canta por última vez en la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo (último domingo del Tiempo Ordinario) y no se vuelve a entonar hasta la Nochebuena en la Misa de Gallo. Tiene un sentido muy profundo que no se cante el “Gloria”, ya que, siguiendo las Sagradas Escrituras, ese cántico fue compuesto por los ángeles en la “primera Nochebuena” cuando anunciaron el nacimiento del Mesías esperado a los pastores (Lc 2, 8-14). Por esto, en la noche del Nacimiento todos nos unimos al coro celestial en el canto del “Gloria”. 

Cabe añadir, que durante el Adviento hay una excepción respecto a este tema, hay un día en medio del Adviento que la liturgia dice que se entone el “Gloria”; ese día es el de la Inmaculada Concepción, día en el que rompemos el tiempo de Adviento durante un instante para recordar que María, fue concebida sin mancha de pecado desde su concepción en el vientre de su madre, pues estaba destinada a ser la Madre del Mesías desde el principio de los tiempos. 

Pues queridísimos hermanos, os invito a vivir profundamente el Adviento, a esperar con alegría y atención la llegada del Mesías, que llega a sanar y transformar nuestra vida. Que estos días de preparar la Navidad nos transformen el corazón y hagan de nosotros hombres de esperanza, hombres de “buena voluntad”. 

Un abrazo en Cristo nuestro Señor. 
Feliz Adviento.

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