Vivencias: La Otra Semana Santa

Por Joaquín Caballero Segura
Salimos a la calle a contemplar, admirados por la belleza de los desfiles procesionales, todo el patrimonio tan característico y singular que nos regalan un año si y otro también las cofradías de nuestra Semana Santa. Pero nuestras procesiones se fraguan antes, mucho antes de que los cofrades sepamos cumplir con el evangelio en la calle, esa puesta en escena que es el desenlace final comienza en los preparativos, en el laborioso y perseverante de las cosas, de esos matices indispensables para perfeccionar nuestro tesoro escondido, es sin duda, la otra Semana Santa.

El procesionista que sueña los 365 días del año con estos desfiles pasionales vive minuto a minuto, segundo a segundo, la intensidad de cada momento. Es acercarse a la Casa-Museo de la Semana Santa de Cieza, a las Casa de Hermandad o a la propia Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y hacer suyo el trabajo desinteresado de todos. Allí nos sentimos como en casa, es nuestro hogar; y ya no solo el Cofrade en sí, sino que cualquier ciezano se interesa y avive el momento de los preparativos.

Todo comienza el Viernes de Dolores, en el Convento de San Joaquín. La “Dolorosa” ya ha sido puesta en su trono, todo está en armonía, varas, cabecerillas, portacampana, flores… Al mismo tiempo, los hermanos samaritanos preparan con entusiasmo la salida del Cristo de la Misericordia. Es todo un ritual repetido de año en año el momento en que, en la fría atmósfera de su capilla, bajamos al Cristo para acompañarlo en oración por la zona más antigua del casco antiguo. Esa misma tarde, se prepara en la Casa-Museo de la Semana Santa de Cieza el momento de su entronización: se comprueban poleas, cuerdas, iluminación, música y demás pormenores. No se puede cometer el más mínimo fallo para que todo salga perfecto.

Llegamos al Sábado de Pasión, los hermanos del Perdón tienen que recrear esta noche la Pasión en un trono repleto de claveles, trono que es llevado al Convento de San Joaquín para que se siga el proceso de elaboración del solemne traslado procesional. Los hermanos esclavos del Cristo de Medinaceli ya recogen todo, mientras entre conversaciones varias se escuchan frases como: Qué bien estuvo anoche el “Encuentro”, Todo salió de maravilla, Pues yo acompañé hasta el final al Cristo de la Misericordia…
Al terminar su traslado, el Cristo del Perdón es subido a su trono
La víspera de Ramos es el prefacio de las procesiones en Cieza. Los “Dormís” preparan las palmas, saben que con ellas alfombrarán todo un paseo eterno con túnicas de 18 colores. Las parroquias hacen lo mismo, ellos celebrarán la Entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén. Y es que para el cofrade, el músico o el florista, siempre es lo mismo, tiene que tener lista y a punto, ya sea su túnica, partitura o flor. Todo ese proceso se irá repitiendo hasta Domingo de Resurrección. Para la mayoría de los procesionistas, es en esa mañana de Domingo de Ramos cuando sacan sus túnicas del eterno letargo de sus fundas y emprende la marcha triunfal para acompañar a Jesús en su “Burrica”.

Mientras se disfruta de la mañana más esperada del año, en la Ermita del Santísimo Cristo del Consuelo se comienza a realzar la figura del Santísimo Cristo del Consuelo, gloria bendita de todo un pueblo que lo aclama, con un adorno floral exquisito y el tonelete morado para la ocasión, pues ninguna persona de Cieza se perderá el mar de almas que conducen a la imagen del Señor de Cieza por el Camino de Madrid.

Hacemos una parada, una reflexión. Tras la recogida del Cristo, y se comienza a hablar entre las gentes, lo bien que ha comenzado todo, pero que hay que seguir por ese mismo camino, quizás se disfrute más esa espera preparatoria que la propia culminación de un desfile, al fin y al cabo, esto forma parte de la Semana Santa.

Lunes Santo, los hermanos de la “Magdalena” organizan su cortejo solemne, que recorre las 14 estaciones del Via-Crucis desde el año 2001. Esta noche habrá que darlo todo, porque la espera ha sido larga, los preparativos siguen la senda de siempre, traer cirios, libretos del Vía Crucis, organizar varas, ect…Esa mañana, la Basílica de la Asunción bulle de actividad. En cada una de las capillas y lugares que conforman dicho templo se oyen las típicas conversaciones de siempre mientras se realiza el trabajo.

-¡Anda! Se han llevado a la “Dolorosa”,
+Sí, está en la casa de su camarero, ya que no repetirá el mismo vestido del Viernes de Dolores.

+Mira, al “Santo Cristo” ya le han colocado las tulipas, Sí, habrá sido esta mañana.

-¿Cuándo le cambian la túnica al Nazareno?
Nuestro Padre Jesús Nazareno en la Capilla de Lourdes después de cambiar de túnica
Una vez terminada la Procesión es momento de recoger. los gorros de verdugo color sangre tendrán que ser entregados para volver a organizar el cortejo un año después.

Martes Santo nos obliga a remontarnos con la historia, y es que desde 1996 el Prendimiento se representa enel exterior.La Plaza Mayor se tendrá que vestir con sus mejores galas, poner vallas, colocar sillas… en definitiva, todo lo que conlleva preparar el Auto del Prendimiento. Desde primera hora de la tarde un grupo encargado al efecto, encabezado por la Junta de Hermandades Pasionarias, va dirigiendo el operativo y, como es costumbre, se puede prever el discurso que se va apresurando conforme va avanzando las horas: ¿Esta silla donde la coloco?, ¿Aquellas también están limpias? ¿Quitamos la valla de aquí. Y tampoco pueden faltar aquellas personas que se dirigen al lugar para ver si todavía quedan alguna entrada para poder contemplar "El Prendimiento”.

Mientras, en la Casa Museo de la Cofradía de los Hijos de María preparan con esmero la mesa de la Santa Cena, con alimentos de verdad, y sorprende ver esas tortas de pan dormido o esos hornazos tan tradicionales de nuestra Semana Santa incluidas la decoración de un Paso. En la Casa Museo de “los Dormís” ya se ha colocado la palmera y el olivo a la Oración del Huerto, lo propio también ha hecho la Cofradía del Descendimiento de Cristo y Beso de Judas a su Prendimiento en la Casa Museo de la Semana Santa, poner su olivera, que tras ella sucederán los sucesos de la traición. Y por último, el protagonista, Nuestro Padre Jesús Nazareno, ha sido maniatado en la Basílica de la Asunción para que el Tercio Romano, esa noche, lo vuelvan a prender una vez más bajo los ojos atónitos de todos los que contemplan tan sacramental auto.

El Tercio Romano se visten apresuradamente para poner el punto de partida a su participación en los desfiles pasionales, haciéndolo de la forma más Ciezana posible, por eso se arreglan todos juntos, todos unidos, todos en Hermandad, en unas dependencias de la Calle Cadenas para hacer historia otro año más.

Amanece un nuevo día, hoy toca preparar báculos, abrir estandartes y guiones y limpiar enseres. Básicamente, todo lo que se ha hecho en días anteriores pero multiplicado por trece. El pino de la Samaritana, la mesa con la que Marta en Casa de Lázaro agasajará a Cristo cuando es ungido por María, el olivo del Prendimiento, el gallo de San Pedro, los flagelos a los populares “Judíos de Mateo” del paso La Flagelación o los “Azotes”, la caña con la que Braulio ciñe la corona de Cristo en el Paso de La Coronación de Espinas, la Santa Faz de la Santa Verónica, el tonelete del “Santo Cristo” o los Ángeles de la Santísima Virgen de los Dolores. El proceso siempre es el mismo, aunque cada Procesión requiera de unas circunstancias y una forma de trabajar distintas, pero la ilusión y las ganas de desarrollar cada procesión son idénticas.

Miércoles Santo que no puede entenderse sin la traída de los Santos. A San Juan ya se trasladó Lunes Santo hasta su cochera en la calle Hontana, conocida como “los ejios”, y Santa María Magdalena ya luce sus mejores galas en su Casa de Hermandad, en la Cuesta de la Villa, esperando sus respectivos traslados. Al finalizar estos, los hermanos “magdalenos” tienen una tregua para el descanso, saben que la noche es de su “santa”, y los “Sanjuanistas” presumirán de la esplendida talla del Ecce Homo para orgullo y admiración de todos.
El Manto de la Virgen de Gracia, toda una obra de arte y esfuerzo
Llega Jueves Santo, el día del amor fraterno. Los procesionistas sienten ya la nostalgia por el cercano final, pero todos hemos madrugado para seguir haciendo algo grande, para liarnos de nuevo entre los miles de entresijos que todos nos ocuparán en la tarea de los preparativos, entre los que destaca el Manto de los Hijos de María. Todo un manto de flores que nos regala la huerta del segura para arropar a Nuestra Señora de Gracia y Esperanza. Desde las primeras horas del Jueves Santo, se afanan en la ardua tarea de revestir la parte trasera de la “Madre”. Todos los años un manto distinto, pero todos los años un manto de esperanza, esa esperanza que hoy en día se necesita más que nunca.

Los hermanos del Silencio hacen lo mismo con su titular, el Santísimo Cristo de la Agonía, desde muy temprano se reúnen algunos miembros de su junta directiva para repartir la papeleta de sitio. Los cofrades quieren estar todavía más cerca de su Cristo y madrugan y hacen corrillo muy cerca del cuarto de la cofradía. Mientras tanto, su titular es especialmente tratado para desfilar en su madrugada más Ciezana, la madrugada del Santísimo Cristo de la Agonía.

No solo estas dos Cofradías se apresuran envueltas en sus preparativos sino que otras tantas tendrán que engalanar sus pasos para la procesión del Penitente, para que puedan lucir el Viernes Santo por la mañana y no solo eso, sino recoger todo lo de la noche anterior, una tarea que se ha ido repitiendo durante esta semana de pasión. Los hermanos de Ánimas trasladan su trono desde la Casa-Museo de la Semana Santa de Cieza hasta la Basílica; lo propio hacen los “magdalenos” que trasladan desde su Casa de Hermandad el Paso del Cristo Yacente hasta la Basílica de la Asunción. Mientras tanto, los que el Viernes procesionaran con los grandes Cruficicados de nuestra Semana Sant,a dan una vuelta al recorrido para levantar los cables y evitar lo menos posible esas bajadas al hombro o el uso de mecanismos como es el caso de La Lanzada.

El Santo Sepulcro también ha sido llevado hasta unas dependencia de la calle Calderón de la Barca para su tradicional traslado de Viernes Santo. Todo lo que se adelante hoy, evitará después las prisas de última hora.

Ya a mediodía te das una vuelta para ver los Pasos de La Sentencia, Encuentro de Jesús y María en la Calle de la Amargura, La Caída, Jesús en el calvario, con su exquisito arreglo floral, simulando un verdadero calvario y al Santísimo Cristo de la Expiración, con su monte de claveles. Los hermanos de Jesús (Nazareno), han coronado de espinas a su titular, y le han puesto la cruz con la cual subirá hasta el calvario, ya no es el Cristo prendido del Martes Santo, ahora cambia a su estructura episódica del Viernes Santo. Santa Verónica, La Lanzada, Santa María Magdalena, Santísimo Cristo del Consuelo y Santísima Virgen de los Dolores también han sido ya preparados para mañana, amén del Tercio Romano que sorprenderá al público con lo mejor que saben hacer, la “caracola”.

Tan solo acabar la Procesión del Penitente, a eso de las tres de la tarde de Viernes Santo, toca ultimar aquellos pequeños flecos para la Procesión de la noche: flores, varas y los últimos retoques. Si nos damos esa tarde una vuelta tanto Basílica de la Asunción como por la Casa Museo de la Semana Santa nos sorprenderemos como algunos tronos no han precisado de tanta flor, grandes ejemplos los tenemos en los pasos de Cristo Yacente, Santas Mujeres Camino del Sepulcro o quizás el que es uno de los mejores tronos por excelencia de nuestra Semana Santa, el de Santa María Salomé; la riqueza arquitectónicas de estas tallas precisan el interés de que cuanto menos riqueza floral mejor.

El Santísimo Cristo del Consuelo ha sido bajado de su altar como trono, ahora tan solo queda la cruz, símbolo de Cristo, sus hermanos cambian al misterioso imán por la cruz misteriosa de la redención. También ha sido colocado el ciprés para Jose de Arimatea, cuanto empeño esta Cofradía desde siempre de cuidar sus tradiciones, la del pino, ciprés…
El Santo Cristo expuesto en el Monumento la noche de Viernes Santo
San Juan luce en su trono de salón, sabe que como siempre espera para acompañar a su Santísima madre para cerrar el cortejo, que bajo la advocación de Soledad desfila esa noche juntos a sus hermanos su única participación en las procesiones, y es que desde días atrás han ido preparando a María Santísima de la Soledad para su gran noche, el suntuoso manto, los ángeles, las tulipas del trono… Como también ha sido preparada Nuestra Señora de la Amargura para devoción y admiración de todos sus hermanos “verónicos”.

Tras la Procesión del Descenso de Cristo a los Infiernos en la madrugada de Sábado Santo, tan solo queda recoger, recoger y preparar por partida doble, por la tarde será la alegría de aquella semilla que crece fuertemente en el árbol de las canteras cofrade, son los tercios infantiles y al día siguiente, el día más esperado para el creyente, la resurrección de Cristo.

Los hermanos samaritanos esa mañana tienen que hacer una gran hazaña en tiempo record: en primer lugar tienen que bajar a su Cristo de la Lanzada, al Cristo de la Misericordia de su trono y llevarlo a su capilla, a la llegada a la Asunción. El trono del Cristo Yacente ya está listo para ser trasladado de nuevo a la Casa de Hermandad de los “magdalenos”, el Santísimo Cristo del Consuelo en el altar Mayor, San Juan a la Casa Museo de la Semana Santa para participar en la procesión del Resucitado.

Preparar por partida doble, hacíamos alusión a la Cofradía de la Samaritana porque para la tarde tiene que estar listo el paso infantil y para el Domingo los Discípulos de Emaús; pero lo propio tendrán que hacer el Resucitado con su paso titular, “Los dormís” con el Ángel Triunfante, “El Judas” con la Aparición…ect.

Los hermanos del Perdón saldrán desde la Ermita de San Bartolomé, escenario al efecto para que la Santísima Virgen del Amor Hermoso culmine la finalización de la pasión según Cieza, es por ello que trasladan a su segunda imagen titular hasta el templo del patrón de la localidad, San Bartolomé. Santa María Magdalena y Santa María Salomé han cambiado sus vestuarios por otros más festivos, ellas saben que tienen que recibir al salvador con sus mejores galas, a ellas se le suma Santa María de Cleofás que tampoco quiere perderse ese momento. La Cofradía de la Santa Verónica tienen la dura tarea de colocar la imagen de “La Ascensión” en su trono, las dimensiones del Cristo y el peso del mismo hacen que sea un trabajo delicado y de mucho esfuerzo, será sin duda, la última imagen de Cristo que veamos en la Semana Santa de Cieza.

Llegando al epílogo de la Semana Santa, llegamos también al prologo: es momento de preparativos; pero estos preparativos duran de Marzo a Abril o de Abril a Marzo. Ahora, nos toca preparar quizás otra Semana Santa, otra mucho más espiritual y de oración, y es que lo verdaderamente sustancial de nuestra Semana Santa es la espera, porque cuando vuelva a llegar aquel Viernes de Dolores nosotros estaremos listo para preparar lo que es la otra Semana Santa.
Con la entrada de la Virgen del Amor Hermoso en San Bartolomé termina una Semana Santa y comienza otra


Comentarios