Se me ha hecho necesario hacer este inciso y dividir la crónica en dos partes por varios motivos. El primero es que, aunque la comencé lunes de mona, llegó la segunda semana de Pascua y aún no la había terminado. El segundo tiene que ver con el primero y es que esta Semana Santa la pillé con desazón, como decimos en el pueblo, y el volumen de fotografías por editar era bastante grande (Tan sólo hay que ver los reportajes que aquí ofrezco de Viernes Santo), y he tardado en procesarlo más de lo esperado. Y, en tercer lugar, aunque la he querido hacer lo más breve posible... son muchas cosas las que contar de esta Semana Santa y sobre las que reflexionar y es mejor hacerlo a sorbos y no de un trago demasiado largo. Así pues, continuamos por donde lo dejamos.
Jueves Santo... Ay, Jueves Santo. De nuevo mirando al cielo, como aquel 2019 tan lejano... Pero al igual que aquel año, el tiempo nos respetó y las interminables filas de manolas conquistaron una carrera abarrotada, desde el primer tramo de la Calle del Barco y la Calle Diego Tortosa hasta las Claras y la Calle Cadenas. Esos lugares que normalmente son de recogimiento para unos pocos que queremos disfrutar allí de los últimos metros de procesión este año se veían masificados. Esto es maravilloso, el pueblo ha respondido con creces... pero a veces echo de menos esos momentos de tranquilidad, de disfrutar de la Virgen de Gracia para mí solo, en silencio, en meditación. Y sobre Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, hay que alabar cada año la labor de sus hijos, que dedican horas infinitas para terminar su manto. Quizás el de este año no sea el más vistoso, pero volver a aquellos mantos de antaño, en una versión renovada, como queriendo representar el nuevo comienzo de este año me parece muy acertado. No obstante, no todo el adorno floral es para mí un acierto, y aquellos que esperaron a la Virgen en Cid, Larga o Cadenas coincidirán conmigo. Los altos jarrones de flores nos privaron de una de las vistas más bellas de la Virgen de Gracia, ese perfil que se atisba a duras penas entre varales y velas desde el lateral del palio. Es hermoso ver el exorno floral tan cuidado... pero echo de menos también ver a mi Virgen.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DE LOS HIJOS DE MARÍA
De multitudes sigue yendo la cosa, y es que nunca he visto la Plaza ni la calle Larga tan abarrotada como en esta Procesión del Silencio. Como decía antes, es bueno que el pueblo acuda a las procesiones... pero la Procesión del Silencio es ahora la Procesión del SHHHH y de las pipas, incluso a veces es la de los gritos y el escandalo, los cuales terminan cuando aparece el estandarte y vuelven a aparecer cuando la orquesta apenas ha pasado. Estos detallitos nos los tendríamos que hacer mirar como pueblo semanasantero. Puedo vivir sin un Prendimiento renovado, puedo vivir con el ciezanisimo "follaero" de la Traida y de la Cortesía, pero sin respeto por nuestras tradiciones no puedo. Esos detalles son los que habría que mirar de cara a la dichosa DITI, y no perder el norte con la excelencia y la innovación.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DEL SILENCIO
¿Qué decir de Viernes Santo? Se podría dedicar un libro entero y ni siquiera así llegaríamos a resumirlo. Por no extenderme demasiado, sólo unas breves pinceladas. Alegría desmesurada, a pesar del cansancio, del tiempo inestable y del día, que la Muerte del Salvador no es cuestión de risa. Alegría por retomar por fín donde lo dejamos en 2019. Acierto de San Juan en brindarnos la histórica estampa del Ecce Homo a la luz del día en su 50 aniversario. En el Penitente, Cieza demostró que tenía ganas de comerse las calles. Pocas veces recuerdo que se mordiera la cola la Procesión del Penitente, aunque quizás si los tercios fueran un pelín más comprimidos, no se daría esta situación, ni se haría tan lenta la Procesión. (Para más señas, los Dormis ocupaban íntegramente las calles Santo Cristo, Tercia y Angostos). No fue tan acertada, sin embargo, la elección de algunas formaciones musicales esta mañana, muchas dejaban bastante que desear. No obstante, el que algunas bandas participantes no dieran a mi juicio la talla, no implica que todas sonaran así. Hay que alabar el buen hacer sobre todo de las formaciones locales y vecinas (Municipal, Tal y Cual, Santo Cristo, NTP...) que demostraron una vez más que no hay necesidad de irse fuera para encontrar un producto de calidad. ¡Por cierto! Ya que se habla de multitudes... Creo que habría que recordarle al público que las calles San Sebastian y Buitragos también existen Viernes por la mañana. En cualquier caso, una verdadera lástima que la lluvia nos volviera a arruinar la recogida del Penitente, máxime cuando apenas quedaban por entrar cuatro pasos. Que hablando de la lluvia, también sería digno de reflexionar por qué entramos en pánico a la primera gota que cae.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DEL PENITENTE
Acierto fue también el de San Juan de salir en Traslado esa tarde, al punto de cruzarse con la Cama en el extremo del Paseo. Eso es Cieza. La alegría, el baile de los Santos, lo improvisado, lo sencillo, lo popular. Habrá quien se eche las manos a la cabeza, pero eso es mi pueblo, y a quien no le guste ya sabe dónde está la salida. Pocas cosas hay que luzcan tanto como la Traida de los Santos, y más con el solazo de la tarde que quedó tras el último susto de la lluvia.
REPORTAJE DE LOS TRASLADOS
Y eso es Cieza también, el contraste. Del pasodoble de San Juan y de los Dormis a la seriedad de la OJE a la salida del Perdón. Hacía tiempo que no se vivía un Santo Entierro tan sentido ni tan multitudinario. Aunque el asunto del ritmo de la Procesión también es un punto a pulir y mejorar. No obstante, hay que reconocer que es muy dificil coordinar una procesión de esta magnitud, y más intentando respetar al máximo las recomendaciones sobre el COVID. Después de dos años nos ha pillado todo a contrapié. De estos fallicos tenemos que aprender todos, y no sólo la JHP, que por los comentarios de muchos parece que son los únicos culpables de todo lo que pasa y, como se suele decir, en tós sitios cuecen habas.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO
Con las entradas de San Juan y la Soledad y la salida de las Ánimas no puedo sino repetir lo que ya dije con el Silencio. El tema del respeto por parte del público es una cosa digna de hacérsela mirar. Por lo demás, da gloria ver la Plaza Mayor tan abarrotada para despedir la Pasión y ver salir uno de nuestros puntos clave y únicos: la Procesión de Ánimas. Una pena que casi nadie se quede a verla pasar por la Calle Larga y menos aún a verla entrar. Pero quizás ahí radique su belleza, en la oportunidad de reflexión y contemplación para los participantes y para los poquísimos valientes que acompañamos a Cristo junto a la Coral Ars Nova. Para mí, la llegada a la Basílica del Cristo de Ánimas es uno de los momentos más bellos de toda la Semana.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DEL DESCENSO DE CRISTO A LOS INFIERNOS
Si bien hay procesiones que no son para recrearse tantísimo como se ha hecho este año... la de los Tercios Infantiles y la del Resucitado podrían ser la excepción para mí. Esos dos desfiles son para disfrutar de lo popular, lo improvisado, las reverencias, los caramelos, las vueltas en cada esquina... Estas dos procesiones lo único que necesitan de organización es la salida de la Esquina del Convento y el orden de procesión. Por lo demás, intentar controlarla es desvirtuarla. Eso si, creo que va siendo hora de relegar a un segundo plano el pasodoble festero valenciano y potenciar la cantidad de pasodobles ciezanos que tenemos (y no lo digo sólo por la parte que me toca). No hay cosa más elegante y alegre a la par que ver a los Santos bailar con La Cortesía, El Ángel Triunfante o Santa María Salomé, cuando estos se cambian por Pepe el Fester, Fiesta en Benidorm o similares... todo se desmadra bastante. También sería cuestión de plantearse si la Esquina del Convento se ha quedado pequeña para la Cortesía y si, quizás, no habría que buscar espacios más amplios para ello como la Plaza de España. De todas formas, no sería la primera vez que se cambia la localización de la Cortesía.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DE LOS TERCIOS INFANTILES
Todos los años digo que, al volver de la Ermíta de San Bartolomé me voy con una lágrima de nostalgia en los ojos mientras silbo La Madrugá. Este año hay nostalgia, sí, pero alegría, porque sabemos lo que es esperar de verdad, y tenemos la esperanza (nunca la certeza absoluta) de que la espera va a ser más corta que nunca. Como decía antes, las cosas van volviendo a su ser y por fin he cambiado La Madrugá en mi cabeza, asociada a esa despedida por el sólo de Semana Santa Ciezana. Será que algo ha cambiado o que las modas van pasando para mí también. Como valoración final, aun a riesgo de parecer chauvinista, como la Semana Santa de mi pueblo, ninguna. Tendremos nuestras cosas, habrá mil aspectos que pulir, pero ni la lluvia ni estas imperfecciones han conseguido desmerecer nuestra Semana, la Semana en que Cieza vuelve a ser Cieza. En fín, no quiero interrumpir más la espera, que es lo más hermoso que tenemos los cofrades. Andad con Dios y que la Magdalena os guíe. ¡Nos vemos en las Redes!
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN DEL RESUCITADO
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