El beso de una madre

Aunque he estado bastante liadillo con estudios y demás como para preocuparme por el blog, esta noche me encuentro inspirado como para escribir unas palabras que necesito compartir.

A la atención de quien corresponda:

Hace unos días salía a la luz el cartel que cierta asociación, que se autoproclama "defensora de los desamparados", en el cual, como respuesta a las palabras de cierto obispo aparecen las Vírgenes de los Desamparados y de Monserrat, patronas de Valencia y Cataluña respectivamente, besándose muy efusivamente.

Obviamente, todo el mundo es libre de expresarse como considere oportuno, pero no por ello está bien todo lo que a uno se le antoje. Yo puedo llamarte a ti mentiroso e idiota porque soy libre de hacerlo, pero no por ello es verdad ninguna de esas dos cosas ni es correcto que te las diga.

Dejando a un lado la libertad de expresión, es algo deleznable utilizar la imagen de dos grandes devociones españolas y mundiales para criticar las palabras de un hombre, por alto que sea su cargo, pues en esas imágenes no está representado solo el obispo de la diócesis que amadrinan, sino todos los que en Ella buscan refugio y consuelo.

El beso es un signo de amor, y no hay beso más sentido que el de una madre a su hijo, independientemente de si el hijo es hombre o mujer, homosexual, heterosexual o lo que quiera que sea, porque un hijo es un hijo y con eso basta para una madre.

Al pie de la Cruz, Cristo nos dio una Madre que nos hace a todos hermanos y, lejos de ser idolatría, al venerar las tallas de la Cheperudeta o la Moreneta, lo que hacemos los devotos es rendir nuestro amor a esa Madre que en cuerpo y alma reside en los Cielos.

El beso de una madre consuela, el beso de una madre protege, el beso de una madre no juzga y perdona, el beso de una madre comprende. Aunque las imágenes no puedan besar, su beso lo transmiten de igual forma brindándonos consuelo, comprensión, cariño y perdón cuando ante ellas nos postramos, les contamos nuestras penas, les pedimos por quienes amamos, les lloramos y las besamos.

Todos de alguna forma u otra somos desamparados y encontramos el amparo con el beso de nuestra Madre, yo mismo siento el beso y el abrazo de Maria cada vez que miro a mi Virgencica del Buen Suceso. Y se que es sólo madera, pero esa madera revestida es el reflejo de una mujer que amó hasta el extremo.

Utilizar el beso para criticar y sembrar discordia no es sino una aberración. Pues su fin, como ya hemos dicho, es sembrar todo lo contrario, amor y comprensión. Así pues, besémonos como hace nuestra Madre y viviremos de forma mucho más feliz.

Fdo. Antonio Jesus Hernandez Alba

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