Redes Cofrades Cieza/Antonio Jesús Hernández Alba
El pasado 23 de marzo, el Cristo de la Expiración estuvo expuesto a veneración en un multitudinario y peculiar besapiés.
Comenzaba el acto a las 18h con una Eucaristía por los difuntos de la Cofradía de San Pedro, oficiada por don Dímas Ortega, párroco de Santa Clara. Para esta Eucaristía, el Santísimo Cristo de la Expiración se preparó recostado a los pies del Altar Mayor del templo, esperando el momento en que los fieles acudieran a adorarlo.
El momento llegó antes de lo esperado. En lugar de realizarse el besapiés al término de la celebración, se llevó a cabo tras la homilía, en la cual don Dímas hizo gala de su fervor y devoción hacia la imagen de Jesús Crucificado que tallara Antonio Jesús Yuste en 2013 y que preside la parroquia que dirige. Era el propio sacerdote quien bajaba del altar y comenzaba la adoración al Cristo, no besando las llagas de los pies, como es habitual, si no las del torso de la imagen.
Mientras el pueblo acudía en masa en torno a la imagen, recibiendo el Cristo besos de jóvenes y ancianos por igual, el párroco iniciaba las preces de la misa, dirigiéndolas directamente al Cristo de la Expiración.
Fue un sentido y multitudinario acto en el que quedó patente que, a pesar de ser la más joven hasta la fecha de nuestras tallas procesionales, el Santísimo Cristo de la Expiración ya atesora un gran número de devotos en su cofradía, en el barrio de Santa Clara y en Cieza.
El momento llegó antes de lo esperado. En lugar de realizarse el besapiés al término de la celebración, se llevó a cabo tras la homilía, en la cual don Dímas hizo gala de su fervor y devoción hacia la imagen de Jesús Crucificado que tallara Antonio Jesús Yuste en 2013 y que preside la parroquia que dirige. Era el propio sacerdote quien bajaba del altar y comenzaba la adoración al Cristo, no besando las llagas de los pies, como es habitual, si no las del torso de la imagen.
Mientras el pueblo acudía en masa en torno a la imagen, recibiendo el Cristo besos de jóvenes y ancianos por igual, el párroco iniciaba las preces de la misa, dirigiéndolas directamente al Cristo de la Expiración.
Fue un sentido y multitudinario acto en el que quedó patente que, a pesar de ser la más joven hasta la fecha de nuestras tallas procesionales, el Santísimo Cristo de la Expiración ya atesora un gran número de devotos en su cofradía, en el barrio de Santa Clara y en Cieza.
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