Por Jorge Carretero Koch
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-12):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».
Palabra del Señor
Jesús ya está dando señales de a dónde va tras su marcha de este mundo. Jesús va a casa del Padre, va a la morada eterna a preparar las estancias para todos nosotros. Ya ha dado a conocer el camino para estar con el Padre; durante su paso en la Tierra nos ha estado dando señales, nos ha mostrado el camino hacia Él. Ese camino del que nos habla es un camino de alegría, de amor, un camino a través del que llegaremos a gozar del regalo que Dios nos tiene preparado.
Por supuesto, Dios va a estar a nuestro lado siempre. Nos quiere tal como somos, con nuestros defectos e imperfecciones nos sigue amando. Como Buen Pastor, cuida de su rebaño, y si una oveja se dispersa, la buscará hasta que vuelva con el grupo. Tal amor tiene por nosotros que fue capaz de hacerse hombre y entregar la vida por nosotros; mayor acto de amor no hay.
En el evangelio de este domingo, es necesario detenerse en la frase “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.” Tres nociones claras podemos sacar. Jesús es el Camino que nos conduce hacia el Padre. Decir que Jesús es Verdad significa que todas sus enseñanzas son santas, justificadas por Dios Padre. Y, por último, Jesús es Vida. Dios es un Dios de vivos y no de muertos. Jesús dijo el propósito de su venida, que era y es la voluntad del Padre.
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