Por fin, después de mucho tiempo, volvió... Volvió el Cristo de la Agonía a salir de su capilla, arrullado por el sordo tambor que marca los ecos de una noche eterna. Volvió a salir, a hombros de sus hijas, abrigadas en sus túnicas de terciopelo negro. De luto, como si fuera un entierro de los de antaño. Suena el Requiem de Fauré y el mundo calla. Calla porque, ante esta imagen, más vale callar y escuchar.
Silencio, oscuridad. Tan sólo las voces del coro y del sacerdote, mientras los ojos miran, en la penumbra de las velas, lo que está por venir. Cristo elevado en el madero, en lo más sutil de la noche, siendo de nuevo la luz del mundo y el centro de las miradas. Parece que fue ayer la última vez que ocurrió, y, al mismo tiempo, parece que de la última vez ha pasado una eternidad.
El Cristo de la Agonía se eleva en su capilla, orlado de cera, estrellas, sol y luna, y eclipsándolos a todos ellos con su semblante, sencillo y trasparente. Se alza invitándonos a todos a reflexionar, a despojarnos del artificio y del qué dirán, a olvidarnos de nuestros egos, de los agobios de cada día, del dolor y de la angustia. Invitándonos a todos a mirarle y dejar hablar a nuestro corazón.
Suena de nuevo Fauré, la sencillez del Pie Iesu encaja a la perfección con lo rotundo de la escena. El Crucificado ya se alza en su trono, aguardando un nuevo Jueves Santo. Aunque parece que nos oculta su mirada, con el corazón nos mira, nos habla a los oídos del alma diciento: ¿y si volvemos? Parece que ya toca, susurra en lo más profundo de nuestro ser, ya huele a primavera, ¿no lo notas? Toca volver a lo nuestro, es el momento, es casi la hora. Apenas un mes falta. Las calles nos aguardan... ¿y si volvemos?
Ya queda muy poco, Cieza se prepara para vivir su Semana, nuestra Semana. Ahora toca escuchar la llamada del Cristo de la Agonía, que ya espera sobre su trono a que el campanario de la media noche del Jueves Santo. Toca recoger la pregunta que, silencioso, nos hace desde su altura. ¿Es el momento? ¿Y si volvemos?
REPORTAJE DE LOS CULTOS AL STMO. CRISTO DE LA AGONÍA 2024
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