Era por marzo, una tarde fría y ventosa de Cuaresma. Han pasado ya algunos años y los recuerdos permanecen todavía. Era el Domingo Laetare, el cuarto de ese tiempo que tanto nos gusta. El Cristo de la Sangre presidía el Altar Mayor de la Asunción, acomodado al pie de la escalinata para su ya tradicional Besapié. Pero, por una vez, no era protagonista. La Basílica y la Plaza aparecían llenas de gente, pero no de ciezanos, sino de vecinos abaraneros.
Era una tarde fría y desapacible, y quizás eso deslució un tanto aquel hecho histórico que sucedía. Las puertas de la Basílica de la Asunción se abrían para dar paso a un trono de plata, un hermoso baldaquino repujado en forma de flores y enredaderas. Grandes mazos de rosas rojas lo adornaban, haciendo las veces de nube para las dos pequeñas imágenes que se cobijaban en ese trono. San Cosme y San Damián, por primera vez en su historia, observaban unas calles y unos edificios que no eran los suyos. Los Santos Médicos, patronos de Abarán, viajaban a Cieza para acompañar a sus abaraneros a ganar el Jubileo del Santo Cristo del Consuelo de Cieza. A ritmo de pasodobles salieron por la calle San Pedro hacia la calle Cánovas del Castillo, por Barco y Cadenas llegaron al Camino de Madrid. Por Antonio Macahdo subieron hasta la Carretera de Madrid para alcanzar la subida a la Ermita. Sufrieron los Santos abaraneros el viento de la cumbre airosa, ese que tantas veces le ha alborotado el sudario a nuestro Santo Cristo. Entre vítores y aplausos entraron en la Ermita, donde se celebró la Eucaristía. Aquella misa terminó con los abaraneros cantando el himno a sus patrones, y con los ciezanos cantando el Cristo Bendito, Gloria de Cieza, como cada vez que ocurre algo importante en aquel templo y ante aquella imagen.
Han pasado 11 años ya desde aquella tarde de marzo. Dentro de poco, se repetirá un hecho similar. Es de bien nacido ser agradecido. Ahora le toca a nuestro Faro Luminoso bajar por el cauce del Segura y adentrarse en el valle de Ricote. Será por mayo cuando el Consuelo viaje a Abarán.
REPORTAJE DE LA PEREGRINACIÓN DE LOS SANTOS MÉDICOS A CIEZA
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