Había que vivirlo. Había que ir. Había que estar. Y allí estuvimos, empapelando Abarán para igualar las tornas. Las colgaduras de los Santos Médicos y los carteles del "Consuelo de Cieza". Debieron gustar... pues para cuando quiso salir la procesión, ya no quedaban casi...
Una tarde para el recuerdo, una procesión sencilla, popular e histórica. Nunca fue una competición, era cuestión de caminar al mismo paso. Cuando los Santos Médicos vinieron, su gente vino con ellos. El Santo Cristo fué, y su pueblo con él. Entre vítores y aplausos recorrio unas calles extrañas, sorteando cables, cuestas y recodos hasta llegar a la explanada de la Ermita, mirando al atardecer y caminando en total armonía y fraternidad. Cieza y Abarán, Abarán y Cieza. Como siempre he dicho, "la devoción se ide en miradas", y, tanto el Cristo Bendito como los Santos Abaraneros, coparon las miradas emocionadas de sus devotos.
Había que vivir esa tarde histórica... y allí estuvimos, acompañando a los Santos Médicos y al Consuelo de Cieza.
REPORTAJE DE LA PROCESIÓN EXTRAORDINARIA DEL SANTO CRISTO EN ABARÁN
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