Por Antonio Jesús Hernández Alba
Octubre en Cieza no se entiende sin los Rosarios despertando al pueblo. Octubre no se entiende sin centenares de fieles, devotos, semanasanteros y amigos caminando en pos de María, buscando la Aurora. Octubre no se entiende sin las conversaciones a media voz, sin los rezos cantados y las oraciones en silencio. Octubre no se entiende sin el frío de la mañana, ni sin el abrazo de un amigo o la mano de tu abuela para paliarlo. Octubre no se entiende. Es imposible entenderlo. Octubre en Cieza es Rosario y el Rosario de la Aurora no hay quien lo comprenda.
Desde que tengo memoria llevo acudiendo a los Rosarios... y sigo sin entenderlos. No he faltado ni un sólo año al Rosario, y aún no lo comprendo. Sigo preguntándome qué nos lleva a madrugar tanto, sólo por cantarle a la Virgen, sólo por verla a Ella. ¿El encuentro con los amigos? ¿El ver un trono en la calle? ¿El desayuno de después? De todo eso tenemos, y de sobra, en cualquier momento. ¿Qué tiene el Rosario que cada año acude más gente?
El Rosario es Esperanza, es mirar al cielo y pedirle que no llueva entre las 7 y las 8. El Rosario es encuentro, es risa, es llanto, es oscuridad, es llama, es luz, es la esquiva Aurora que sólo llega cuando la Virgen se despide.
¿Qué es el Rosario? Después de tantos años, no lo sé. Solo sé que seguiré yendo, intentando descubrirlo. Quien quiera acompañarme en esa extraña búsqueda, que se venga el próximo Octubre al Rosario de la Aurora.
REPORTAJE DE LOS ROSARIOS DE LA AURORA 2024
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