...y por fin, Marzo

Por Antonio Jesús Hernández Alba

Y por fin, después de una larga espera, llegó Marzo. Atrás queda ya el carnaval, la Navidad pasó hace una vida entera, ya casi hemos olvidado al Nazareno en aquella mañana de noviembre. El ciclo se ha cumplido, comienza uno nuevo. Nuevas esperanzas, los mismos de siempre, y siempre con esa sensación de volver a casa. Volver...

Ha costado llegar, pero aquí estamos de nuevo, al pié del cañón. Una nueva Cuaresma comienza hoy. Los pasos se aceleran, el reloj de la larga espera comienza a apurar el tiempo. Comienza de nuevo la procesión de los actos y los traslados, la eterna sucesión in crescendo de momentos de pasión. Ya se ve aparecer en lontananza al Medinaceli, ya queda poco para que vuelva a peregrinar. El Cristo de la Agonía ya está aguardando el momento de bajar de su altar, la Virgen de Gracia espera con paciencia para salir de su capilla y volver a abrir las calles. San Pedro ya mira al cielo, rogando para que se quede despejado y podamos vivir un nuevo Domingo de Pasión, el último preludio, el ansiado pregón. Y ya casi se palpa el Viernes de Dolores...

Pero esto es mucho adelantar. Dejemos que la Cuaresma nos lleve por el camino que este año nos tenga marcado. Dejemos atrás polémicas e historias y recordemos por qué estamos en esta lucha, en esta locura. Que el veneno de la pasión no nos nuble nunca la ilusión. Recordemos, aunque a veces nos cuesta mucho, que los cofrades somos todos HERMANOS. Recordemos qué nos mueve y nos empuja a vivir la Semana Santa.

Buena y santa Cuaresma, Hermanos en Cristo.

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