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| Escudo de la cofradía |
DATOS
FUNDACIÓN: ca. 1675SEDE: Ermita de la Santísima Virgen del Buen Suceso.
SEDE CANÓNICA: Basílica de Nuestra Señora de la Asunción.
PASOS
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PROCESIONES
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PATRIMONIO MUSICAL
- Himno a la Virgen del Buen Suceso - Desconocido - Julián Santos y Antonio Moxó (ca. 1960)
- La Romería de Cieza - Pasodoble ciezano - José Gómez Villa (ca. 1960)
- Himno de la Stma. Virgen del Buen Suceso - Pasodoble ciezano - José Gómez Villa (1996)
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A tu presencia, Señora - Misa para Voz y Órgano - Antonio Jesús Hernández Alba (2021)
UNIFORME
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Anderos
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RESEÑA HISTÓRICA
A pesar de una inmensa carencia de documentos, se puede atestiguar la existencia de la Cofradía de la Santísima Virgen del Buen Suceso ya en 1675, ocupándose está de administrar el patrimonio inherente a la imagen y de organizar sus cultos y procesiones. Sin embargo, apenas han llegado datos hasta nuestros días sobre esta corporación, tan sólo la pertenencia a la misma de varios miembros preeminentes del clero ciezano y de varias familias de la burguesía local, las cuales se harían cargo de la Hermandad durante el siglo XIX.
Tras la Guerra Civil, se pondría en marcha la “Comisión Pro-Resurgir del Culto y Devoción a la Virgen del Buen Suceso”, encabezada por don Aurelio Guirao, la cual redactará unos nuevos estatutos para la Cofradía el 19 de Mayo de 1942. En ellos, además de definir sus objetos devocionales y sus cultos, se establece que sólo los hermanos fundadores podrían optar a los altos cargos directivos, circunstancia que daría lugar al aplazamiento de su aprobación por parte del obispado. Curiosamente, los fundadores tenían la intención de establecer la cofradía en el Convento de San Joaquín, generando así un conflicto con la Parroquia de la Asunción (la cual tenía derechos históricos sobre la Patrona). Este conflicto se solucionará en 7 de septiembre de ese mismo año, acordándose que ambos templos albergarían a la imagen en años alternos, a los cuales sería trasladada durante las fiestas en honor a San Bartolomé una vez se le construyera su ermita, debiendo realizársele como cultos mínimos un triduo o novenario, una función solemne en su honor, Procesión por las calles céntricas de la localidad, y romería de retorno al santuario el día 8 de septiembre.
Uno de los primeros proyectos será el de realizar un santuario para la Virgen en el paraje del madroñal, el cual nunca se construiría, residiendo la imagen el San Joaquín durante los primeros meses de estancia en el pueblo, trasladándose entonces a la Asunción, desde donde sería trasladada cada dos años a San Joaquín para sus cultos en virtud del acuerdo antes nombrado.
En 1957, por distintas circunstancias, se produce un cambio en el equipo directivo, llegando a la presidencia don Fulgencio Serra Peña. Una de sus primeras medidas es reformar los estatutos, consiguiendo su aprobación canónica. De este modo, la Cofradía se establecía definitivamente en la parroquia de la Asunción, donde se celebrarán a partir de entonces sus cultos. También se institucionalizara el traslado desde su ermita hasta la Asunción la tarde del 8 de septiembre, su función principal el domingo siguiente, y el retorno al santuario el tercer domingo del mes. El principal proyecto llevado a cabo por esta nueva directiva concluirá en 1963 con la bendición del Santuario erigido en el collado de la Atalaya, realizándose este año la primera romería tal y como hoy la conocemos.
Esta etapa de bonanza comenzará su declive en la década de los 70, fruto del abandono de la devoción popular por parte de la iglesia, propiciada por el Concilio Vaticano II. Así, y debido a varias circunstancias internas, en 1981, la Junta de Hermandades Pasionarias se hará cargo de la Hermandad de la Virgen del Buen Suceso, desapareciendo esta de los documentos.
Como dato curioso, en los estatutos de 1942 se establecía que el alcalde de la localidad ostentaría el título honorífico de Hermano Mayor
Tras la Guerra Civil, se pondría en marcha la “Comisión Pro-Resurgir del Culto y Devoción a la Virgen del Buen Suceso”, encabezada por don Aurelio Guirao, la cual redactará unos nuevos estatutos para la Cofradía el 19 de Mayo de 1942. En ellos, además de definir sus objetos devocionales y sus cultos, se establece que sólo los hermanos fundadores podrían optar a los altos cargos directivos, circunstancia que daría lugar al aplazamiento de su aprobación por parte del obispado. Curiosamente, los fundadores tenían la intención de establecer la cofradía en el Convento de San Joaquín, generando así un conflicto con la Parroquia de la Asunción (la cual tenía derechos históricos sobre la Patrona). Este conflicto se solucionará en 7 de septiembre de ese mismo año, acordándose que ambos templos albergarían a la imagen en años alternos, a los cuales sería trasladada durante las fiestas en honor a San Bartolomé una vez se le construyera su ermita, debiendo realizársele como cultos mínimos un triduo o novenario, una función solemne en su honor, Procesión por las calles céntricas de la localidad, y romería de retorno al santuario el día 8 de septiembre.
Uno de los primeros proyectos será el de realizar un santuario para la Virgen en el paraje del madroñal, el cual nunca se construiría, residiendo la imagen el San Joaquín durante los primeros meses de estancia en el pueblo, trasladándose entonces a la Asunción, desde donde sería trasladada cada dos años a San Joaquín para sus cultos en virtud del acuerdo antes nombrado.
En 1957, por distintas circunstancias, se produce un cambio en el equipo directivo, llegando a la presidencia don Fulgencio Serra Peña. Una de sus primeras medidas es reformar los estatutos, consiguiendo su aprobación canónica. De este modo, la Cofradía se establecía definitivamente en la parroquia de la Asunción, donde se celebrarán a partir de entonces sus cultos. También se institucionalizara el traslado desde su ermita hasta la Asunción la tarde del 8 de septiembre, su función principal el domingo siguiente, y el retorno al santuario el tercer domingo del mes. El principal proyecto llevado a cabo por esta nueva directiva concluirá en 1963 con la bendición del Santuario erigido en el collado de la Atalaya, realizándose este año la primera romería tal y como hoy la conocemos.
Esta etapa de bonanza comenzará su declive en la década de los 70, fruto del abandono de la devoción popular por parte de la iglesia, propiciada por el Concilio Vaticano II. Así, y debido a varias circunstancias internas, en 1981, la Junta de Hermandades Pasionarias se hará cargo de la Hermandad de la Virgen del Buen Suceso, desapareciendo esta de los documentos.
Como dato curioso, en los estatutos de 1942 se establecía que el alcalde de la localidad ostentaría el título honorífico de Hermano Mayor
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